domingo, 1 de noviembre de 2009

HALLOWEN

31 de Octubre 2009. Es muy temprano y ya se siente que será un día de mucho calor.
Odio el calor.
Salgo al jardín y se me acerca un grupo de párvulos vestidos de zombies, "dulce o truco" me dice una rubiecita de trenzas que no alcanza el metro de estatura "quiero retruco" le contesto sin pensarlo demasiado. Se fueron.
Camino a mi oficina, cientos de niños disfrazados deambulando por las calles me preguntan lo mismo: ¿"dulce o truco"? a todos les respondo con un gruñido que los asusta.
Algunos padres que acompañan a los disfrazados me increpan por mi actitud, les respondo que tengo derecho a festejar a mi manera y que yo estoy disfrazado del cuco; aclarada la cuestión les robo los caramelos y me voy corriendo.

Pensar que en las escuelas todavía se enseña con orgullo que en algún momento de la historia a puro coraje y "olladas" de agua hirviendo expulsamos al ejército inglés que quería invadirnos... Es una pena que las mismas maestras que cuentan la epopeya a los niños sean las que luego inculcan e incluso fomentan el festejo de "Hallowen".
Es evidente que nos encanta vivir dentro de una película mediocre.
Seguimos sin comprender que las invasiones no solo se presentan en forma de ejercitos avanzando por las calles de Buenos Aires, sino también como ideas avanzando por nuestras mentes.
Me entristece mucho que esos mismos chicos que salen a la calle disfrazados de mutantes y portando gallardamente calabazas con ojos brillantes sean los mismos que sienten verguenza al cantar el himno, o que directamente no lo cantan (o que ni siquiera saben cantarlo)
Me repugna que sean los mismos que matarian antes que salir vestidos de gaucho o de granadero, porque les da verguenza. (claro..., salir de witch no es vergonzozo, pero de gaucho es mencho...)
Se que suena a "mala onda" y a vetusto, pero es así.

Esto no tiene que ver con los chicos, ellos no tienen la culpa, son solo niños divirtiéndose.

Esto tiene que ver con los adultos, que siguen sin entender.

Hallowen, San Patricio, San Valentin, etc. son todas celebraciones que se nos estan colando a través de la pantalla del televisor.
Muchos festejan tales días apasionadamente, pero no saben siquiera lo que están haciendo.
Si quiere disfrazar a sus chicos de fantasma y convocar a los muertos, hágalo pero que sea el día de los muertos; si quiere emborracharse a reventar con sus amigotes, perfecto, pero hágalo cualquier sábado y no el que los irlandeses dicen que hay que hacerlo; y si quiere agazajar a su chica, hágalo todos los días y no el día que Hollywood lo indica.
O acaso Ud. se imagina a un infante del Bronx o de la 5ta Avenida disfrazado de mazamorrera festejando el 25 de mayo?
Dedicado a Mabel.